Nadie esperaba que un país en plena crisis económica, tuviera tanta trascendencia en el mundial de Italia de 1990. Fue una final con altura, un contrincante como Argentina y un Maradona en todo su esplendor… pero Alemania fue mucho mejor, superó expectativas con dos voleas en 23 minutos de Beckenbauer, los 13 penales consecutivos gracias a Andreas Berhme y con unas ganas impresionantes, que dejaron “los albicelestes” sin respiración y sin palabras. Siempre podemos dar mucho más de lo que creemos, nosotros no tenemos miedo y eso nos diferencia del resto.